El grito ensordecedor al unísono de miles de jovencitas marcó el inicio a las 7:40 p.m. del concierto de los Jonas Brothers ayer en el Coliseo de Puerto Rico.

La energía de Nick, Joe y Kevin se hizo sentir desde su entrada al escenario con Paranoid, a pesar de que esta vez tenían mucho menos público que en su presentación aquí en marzo pasado (sólo se vendió la versión reducida del coliseo).

“Hey, Puerto Rico, how are you all doing tonight? This party is just getting started!”, fue el primer saludo de Joe, quien lució un nuevo corte de cabello, a la eufórica audiencia, que apenas hizo uso de sus asientos.

Por su parte, Nick comentó que éste sería el último concierto del grupo este año, por lo que “cantaremos cosas nuevas y otras que hace tiempo no cantamos”.

“¿Les parece bien?, agregó mientras un sonoro “Yeeees!!” era su respuesta.

La producción no contó con elementos visuales llamativos. De hecho, fue extremadamente sencilla, con sólo dos pequeñas pantallas como telón. Tampoco se utilizaron elementos de la gira que se vieron en la pasada presentación, como la manguera con espuma, los efectos de pirotecnia, ni el confeti. Pero eso no pareció importarle a la fanaticada, que coreó cada uno de los temas del grupo, el cual se hizo acompañar por una pequeña pero potente banda de cuatro músicos, a los que se sumaron Nick y Kevin en las guitarras.

Aunque la mayor parte del repertorio de los Jonas Brothers es movido, Nick, el menor de los hermanos, protagonizó un momento más pausado cuando interpretó, sentado al piano, Little Bit Longer, tiempo que aprovechó para llevar un bonito mensaje: “Cuando me diagnosticaron diabetes, mi mundo se viró al revés, pero decidí, por ustedes, no rendirme. Hoy, les pido que cuando estén pasando por un momento difícil, no se den por vencidos porque yo creo en ustedes. Gracias por creer en mí, los amo con todo mi corazón”, expresó provocando suspiros entre sus admiradoras.

Tras una hora y 25 minutos de concierto, y con el mismo nivel de adrenalina que al principio, los Jonas Brothers se despidieron al ritmo de Burnin Up.

Previo al espectáculo, las estrellas de Disney compartieron en un salón del Coliseo con decenas de jovencitas de su fan club que pudieron retratarse con sus ídolos y quienes salían evidentemente emocionadas de su esperado encuentro con Nick, Joe y Kevin.