Explosión hormonal en el BEC
miércoles, 11 de noviembre de 2009 @ 1:48
Una multitud de niñas y adolescentes aclamó ayer a los Jonas Brothers, que cumplieron con profesionalidad
Érase una vez un BEC lleno donde imperaba la chavalería y en el que las cuadrillas grandes estaban al cuidado de algún adulto. Por ejemplo, Torkel -un habitual de los conciertos- estuvo pastoreando a ocho crías y dos niños. Ellas fueron en manada al baño antes del concierto. Él estaba rebotado porque no se había fumado un cigarrito antes de entrar e ignoraba que hacerlo dentro está prohibido. Había que ver bien a los Jonas Brothers.
La mayoría de las crías que se acercó al recinto ferial baracaldés no llegaba a los 17 años. Muchas de ellas desfilaban con pancartas hechas a mano y con camisetas piratas de sus ídolos rumbo al Bizkaia Arena. Lo admitían: muchas sólo les conocen por la tele, en concreto por el Disney Channel. Suficiente para que sean sus ídolos.
Casi todo el mundo se saltó al telonero, un grupo español llamado Se Alkila. Habían ido a ver a los tres hermanos de Nueva Jersey, no había duda. El escenario, con una plataforma que gira como un tocadiscos, parecía un perfeccionamiento del Rock en el Ruedo de Miguel Ríos. Facilita los momentos de locura de las parroquianas, que ven como sus ídolos pasan cerca y se alejan de ellas, y los tres yanquis demuestran que hacen de todo: tocan y cantan, apuntan el baile, brincan... Y cuando Nick se pone ante el piano blanco el griterío impide escuchar el sonido de los marfiles.
El show comenzó a los sones del 'We Will Rock You', que la gente chilló más que coreó. De debajo del escenario surgieron entonces los Jonas Brothers, que abrieron con una soulera 'Paranoid', saludaron con un «¿Cómo estás?» tan americano y vacilaron después con 'That's Just The Way We Roll'.
Vestidos de serio gris, habían salido con ganas de comersélo todo, dominando las cámaras y las masas, con la coreografía memorizada, pero un poco pasmarotes, pues como tocan las guitarras han de domeñar sus intrumentos. Más difícil tienen domar a la tormenta de hormonas que se agita a sus pies, o sea que mejor hicieron en dirigirla con guiños, palmas...
Los ídolos adolescentes cumplieron sus roles y un repertorio conocido y previsible que tuvo hitos como 'Play my music'. Siempre apoyados por una banda disciplinada, un Joe sex symbol y andarín paseó por el tablado incitando a las fieras a pesar de su languidez; los otros dos parecieron más ocupados en tocar, más atados; Nick reveló en no pocas ocasiones ser el cerebro del trío, y Kevin bastante hace con aguantar el tirón de la sangre...
fuente.elcorreodigital.com